¿Qué cambia en la boca cuando nos ponemos implantes dentales?

A la hora de comenzar un tratamiento de implantes dentales hay muchas personas que tienen dudas y que desconocen que podrían llevar una vida totalmente normal con sus nuevos dientes. Aquellos que ya hayan probado con anterioridad con otro tipo de soluciones de reconstrucción, como pueden ser las dentaduras postizas, piensan que pueden encontrarse con ciertas limitaciones a la hora de masticar o de mantener la higiene e incluso temen que no pueda encajar en la propia boca. En nuestra clínica de implantología dental en Zaragoza encontrarás respuesta a todas tus dudas.

Lo más parecido a un diente natural

Una de las grandes ventajas de los implantes es que se comportan prácticamente como un diente natural. Algunas personas llegan a sentirse incluso más seguros y con más firmeza a la hora de comer que si se trataran de sus propios dientes.

No hay que pasar por alto que las piezas dentales originales se van desgastando y con el uso frecuente van perdiendo solidez.

El sistema con el que se insertan estos implantes permite crear al masticar una fuerza incluso superior a la de los dientes propios. Al fin y al cabo se trata de una prótesis osteointegrada.

En el caso de que la colocación e integración de las piezas en la boca se produzca con normalidad, apenas se apreciarán diferencias con respecto a los dientes originales. Lo más normal es que la gente de nuestro entorno no aprecie la diferencia, sobre todo si se ha llevado a cabo un estudio de integración de las partes implantadas de acuerdo con el color de tus dientes y tu estructura.